Vía: www.canariasahora.com
Pero las mayores indecencias del año no sólo las ha protagonizado José Manuel Soria con sus excesos antidemocráticos de siempre. Así, a vuelapluma, debemos destacar el papelón que han hecho otros personajes indeseables para la vida pública canaria, como la consejera de Turismo, Rita Martín, de cuyos concursos públicos en Promotur debiera conocer la Fiscalía. O su compañero de Gobierno el consejero de Medio Ambiente, Domingo Berriel, autor de una depravación ambiental sin precedentes.
Por no hablar de Inés Rojas, la titular de Asuntos Sociales, cuya ineptitud ha conducido a que miles de canarios no hayan podido acceder a los beneficios de la Ley de Dependencia. El suspenso al Gobierno de Paulino Rivero debiera ser clamoroso tan sólo con estos cuatro ejemplos, pero hay otros consejeros que se han salido por debajo del cero, como Ruano, en Justicia y Guanchancha; Milagros Luis, en Educación, o Roldós en la peor sanidad posible. En el terreno de la corrupción pura no debemos olvidar al clan de Dimas Martín, con su Ubaldo, su José Miguel o sus Becerras; o al alcalde de Arona, González Reverón, capaz de las tropelías más dañinas que se puedan hacer contra un municipio. O la pandilla del ocio nocturno de Santa Cruz, ya judicializado a través del caso del Parque Marítimo. Demasiada basura para un solo comentario-resumen.
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