La organización medioambiental Oceana apoyó hoy la exigencia de la UE de que España debe ampliar "con urgencia" la Red Natura a las aguas del archipiélago canario, y consideró "asombroso" que aún no haya una protección adecuada para especies como el delfín mular y la tortuga boba.
Oceana afirma en un comunicado que desde que entró en vigor la directiva sobre hábitats en 1992, España y Portugal han tenido 18 años para incluir áreas marinas protegidas en la red europea Natura 2000 y cumplir así con la normativa europea, pero sin embargo su cumplimiento es aún insuficiente, lo que conlleva la obligación de ambos países de ampliar las zonas marinas protegidas.
En lo que respecta a las aguas del archipiélago canario, la Comisión Europea ha reclamado nuevamente a España que amplíe con urgencia la Red Natura 2000 para garantizar la conservación de todos los hábitats y especies marinas consideradas en la Directiva que están presentes en aguas del archipiélago, como bancos de arena, arrecifes, cuevas submarinas, tortuga boba, verde y delfín mular.
Ricardo Aguilar, director de Investigación de Oceana Europa, considera que "es asombroso que todavía especies tan emblemáticas como las tortugas boba, las tortugas verdes o los delfines mulares no gocen de una adecuada protección en los archipiélagos de la región macaronésica".
También sorprende que en Canarias no exista una sola área marina protegida enfocada a la conservación de arrecifes, hábitat que alberga comunidades interesantísimas de gorgonias, corales, esponjas y gusanos poliquetos, tanto en zonas costeras como en montañas submarinas, añade.
Lo mismo ocurre en los alrededores de Azores y Madeira, donde existe un elevadísimo número de montañas submarinas que albergan importantes arrecifes pero tan sólo en cinco de ellos existen pequeñas áreas de protección.
Ana de la Torriente, científica marina, explica en el comunicado que tanto Portugal como España tienen la responsabilidad de implementar medidas de conservación en el medio marino.
Explica la investigadora que ante la elevada superficie marina existente en estos archipiélagos de la región macaronésica, que constituyen casi la mitad de las aguas europeas, es necesario y urgente que estos países cumplan con la normativa europea y se avance en materia ambiental para asegurar la conservación de la enorme biodiversidad marina de sus aguas.
Precisamente Oceana ha estudiado el Mediterráneo, la zona galaico-cantábrica y las islas Canarias hasta profundidades de 700 metros.
Parte de su trabajo se centra en la documentación de montañas submarinas, áreas esenciales donde están presentes varias de las especies y hábitats que se analizan en un seminario sobre este asunto en Brindisi (Italia).
En lo que respecta a las aguas del archipiélago canario, la Comisión Europea ha reclamado nuevamente a España que amplíe con urgencia la Red Natura 2000 para garantizar la conservación de todos los hábitats y especies marinas consideradas en la Directiva que están presentes en aguas del archipiélago, como bancos de arena, arrecifes, cuevas submarinas, tortuga boba, verde y delfín mular.
Ricardo Aguilar, director de Investigación de Oceana Europa, considera que "es asombroso que todavía especies tan emblemáticas como las tortugas boba, las tortugas verdes o los delfines mulares no gocen de una adecuada protección en los archipiélagos de la región macaronésica".
También sorprende que en Canarias no exista una sola área marina protegida enfocada a la conservación de arrecifes, hábitat que alberga comunidades interesantísimas de gorgonias, corales, esponjas y gusanos poliquetos, tanto en zonas costeras como en montañas submarinas, añade.
Lo mismo ocurre en los alrededores de Azores y Madeira, donde existe un elevadísimo número de montañas submarinas que albergan importantes arrecifes pero tan sólo en cinco de ellos existen pequeñas áreas de protección.
Ana de la Torriente, científica marina, explica en el comunicado que tanto Portugal como España tienen la responsabilidad de implementar medidas de conservación en el medio marino.
Explica la investigadora que ante la elevada superficie marina existente en estos archipiélagos de la región macaronésica, que constituyen casi la mitad de las aguas europeas, es necesario y urgente que estos países cumplan con la normativa europea y se avance en materia ambiental para asegurar la conservación de la enorme biodiversidad marina de sus aguas.
Precisamente Oceana ha estudiado el Mediterráneo, la zona galaico-cantábrica y las islas Canarias hasta profundidades de 700 metros.
Parte de su trabajo se centra en la documentación de montañas submarinas, áreas esenciales donde están presentes varias de las especies y hábitats que se analizan en un seminario sobre este asunto en Brindisi (Italia).