Vía: La casa de mi tía
Ya lo he dicho varias veces. Si alguien tenía dudas sobre el precio real de los votos de CC en el Congreso de los Diputados, aquí tiene la prueba fehaciente. Fíjense que los millones que se dice que entran en la negociación de esos votos, no importan nada. Porque son los mismos de CC quienes a cada momento declaran que esos millones luego no llegan, que el estado incumple continuadamente sus compromisos financieros. Pero no pasa nada, porque no es esa la cuestión. Los votos de Oramas y Perestelo están siempre ahí, para apuntalar las opciones del gobierno. ¿Por qué? La respuesta es clara y unívoca: Granadilla. Por Granadilla, los de CC y PP están dispuestos a sostener las mayores mentiras, en contra de la opinión de toda la comunidad científica y de todos los técnicos consultados. Y por los votos de CC, el PSOE está dispuesto a tragarse todas esas mentiras. Porque a uno como a los otros, el territorio y el patrimonio natural de todos los canarios y de todas las canarias les tiene absolutamente sin cuidado. A la derecha representada por CC y PP, porque lo único que les mueve es el beneficio de sus empresarios afines. A la sedicente izquierda del PSOE, porque lo que le importa son sus propios objetivos políticos.
Ahora LA OPINIÓN nos informa de que el subdirector adjunto de Evaluación Medioambiental del Ministerio de Medio Ambiente, Rural y Marino, Miguel Aymerich, ha dicho en la Universidad de Verano de Adeje que el proyecto de puerto de Granadilla “tiene todas las garantías medioambientales” y que “ha superado el dictamen tanto de la Unión Europea como del propio Gobierno de España que en esta ocasión contaban con un grado de exigencia muy elevado”.
Yo solamente digo que a quién hay que creer: si a este funcionario de tercera fila, hablando al dictado de sus superiores, a quien le importa un carozo Canarias y su territorio, o a los científicos que, en una abrumadora mayoría, representados con toda dignidad en la misma Universidad de Verano de Adeje por el reputado científico y universitario, eso sí, canario, Wolfredo Wilpret, dicen que el proyecto de puerto en Granadilla afecta my negativamente a la biodiversidad.
Y llamo la atención sobre un no pequeño matiz que cita una vez más el adjunto a subdirector general que intervino en la UVA: dice el hombre, sobre el tema de las especies atropelladas por el proyecto granadillero: “habrá que ver cuáles son esas especies, pero si se da luz verde al proyecto, estos aspectos se habrán valorado”. Fíjense en la maquiavélica argumentación en círculo vicioso: el proyecto no afecta a las especies citadas, porque, si se hace el proyecto, es que no afecta; y el proyecto no afecta a la boediversidad, porque no afecta a la especies, como demuestra el mismo hecho de que el proyecto se haga. Es decir, que los razonamientos se sostienen uno al otro.
Este covachuelista que ha intervenido en la UVA antes de irse de vacaciones en su tierra, a una costa que nadie atropella, dice que las medidas de compensación medioambiental incluidas en el proyecto, garantizan la protección de la biodiversidad. Pero no dice la cruel verdad: tales medidas se establecen mediante unos dispositivos de tremenda complejidad y alto coste, pero cuya efectividad práctica no está demostrada de manera alguna. La realidad es que, una vez construido el puerto, los dispositivos no serían construidos, siguiendo la política acostumbrada de los hechos consumados y, si se construyeran, no serían puestos en funcionamiento, por la sencilla razón de que su elevado coste de mantenimiento no podría ser cubierto por los ingresos de explotación del puerto o pesaría de tal manera sobre las tarifas, que harían al puerto inviable comercialmente.