Vía: www.laopinon.es
"En Canarias al empresario que sobresale le cortan la cabeza; yo la agacho cuando pasa el machete"
NAIMA PÉREZ SANTA CRUZ DE TENERIFE
De entrada, lo primero que sorprende de este empresario de 75 años, presidente de la Federación Provincial de Entidades de la Construcción de Santa Cruz de Tenerife (Fepeco) y propietario de Promotora Punta Larga, es que siempre habla en plural para referirse a sus empresas y a sus logros. El "nosotros" lo tiene permanentemente en su boca y menciona a sus empleados no como subordinados, sino como parte de su éxito.
-¿Sigue usted llegando a su despacho a las seis de la mañana?
-Bueno, en realidad, a las seis me levanto y a las siete menos diez vengo al despacho.
-¿Qué hace tan temprano?
-Pues esta mesa que ves aquí me la dejan como cuando se juega a la baraja, llena de papeles: firmas, pagos, informes... Como a esa hora no hay nadie, me quedo tranquilo resolviendo papeles.
-¿Y a qué hora se acuesta?
-Sobre las diez de la noche.
-Tiene usted 75 años. Hace diez que debía haberse jubilado. ¿Es de los adictos al trabajo?
-Si hago lo que me gusta, que es trabajar, crear riqueza y empleo y encima gano dinero, ¿por qué no voy a hacer lo que me gusta?
-Pues podría descansar tranquilamente... Su posición económica no le exigiría seguir trabajando, tendría usted una jubilación estupenda...
-Podría haberme jubilado hace bastante tiempo, pero es que, insisto, hago lo que me gusta. Aparte de eso, también descanso. Yo vengo a la oficina por las mañanas y es muy difícil que por las tardes regrese, pues me voy a las obras, a la finca, a una serie de sitios...
-¿Y cuándo dedica tiempo a sus hobbies?
-El hobby mío es la agricultura; me gustan los árboles. Pero también, los fines de semana me gusta recorrer las Islas con mi esposa en el jeep, meternos por pistas y ver qué bonita es Tenerife y otras islas. Nos gusta ir no por las carreteras normales, sino por las pistas, que es donde mejor se ve la Isla.
-Entonces conocerá bien los senderos, las zonas verdes de Canarias. ¿Cuándo fue la última vez que se fue de excursión?
-Bueno, de pateo he ido muchas veces. El año pasado fuimos varios fines de semana al Parador del Teide y por las tardes nos pasamos haciendo excursiones por distintos sitios, por el Paisaje Lunar y otras zonas.
-Seguro que muchas veces le habrán preguntado dónde está la clave del éxito, y no diga que es trabajar mucho, porque hay quienes se matan a trabajar y no son ricos...
-Para mí el éxito está en la experiencia, porque si cuando joven uno ha tenido algunos fracasos, éstos le dan cierta experiencia para, en tiempo de bonanza, tratar de garantizar tus empresas en momentos difíciles.
-Pero hay también gente que se dedica al mundo de los negocios y no le va tan bien. ¿Hay que tener un sexto sentido para adelantarse a lo que pueda venir?
-Por supuesto. Yo no quiero ser más listo que los demás, pero con la crisis anterior aprendí. Ahora, esta alegría enorme de grandes empresas, de grandes miles y miles de millones, sin tener una base firme, es dudosa para mí. Y una de las cosas que nosotros estudiamos en ese momento fue el hacer inversiones firmes, no sólo en el sector de la construcción, sino también en el del estacionamiento, la agricultura... para si se da un problema en uno de los sectores, los otros te mantengan.
-Ha diversificado entonces sus negocios para no apostar todo a la misma carta...
-Totalmente. Ahora bien, ¿qué es lo que ha pasado en Canarias? Pues que una serie de personas, muchas de las cuales no tienen experiencia empresarial, se han creído que esto era jugar sólo con miles de millones mediante los créditos de las entidades bancarias. Hay que crear empresas lo más firmes posible y crear riqueza y puestos de trabajo, que es lo más importante.
-¿Cree que esta crisis la han creado empresarios irresponsables que no han tenido la formación necesaria para plantear negocios estables?
-Bueno, una parte sí, aunque muy poca. La otra parte ha sido que las entidades bancarias han creado un problema al dar grandes facilidades con los préstamos a bajo interés y dar más de lo que podían para hacer más negocio. Eso se nos ha vuelto en contra.
-Tiene usted casi 600 empleados, ¿se sabe el nombre de todos?
-Bueno, de la mayoría sí. Mire, a mí me enseñaron una cosa en la vida, en Venezuela, cuando era pequeño: que no es lo mismo decirle a alguien "haga usted esto" que "¿por qué no hacemos esto?". Hay una diferencia bastante grande. Diría que a la mayoría los conozco; hay personas que, he tenido la gran suerte, llevan con nosotros 40 años. Yo no los considero empleados, sino parte de la empresa, porque gracias a ellos existen las empresas que tenemos hoy.
-¿Y cuántas empresas tiene actualmente?
-Pues creo que son 26, de sectores de la construcción, la agricultura, ganadería, estacionamientos públicos, extracción de áridos, etcétera...
-¿Cuál fue la primera?
-La primera empresa que se fundó fue Antonio Plasencia y, después, Promotora Punta Larga, que es hoy la cabeza de todas las empresas.
-Es entonces su niña mimada...
-Bueno, es la que aglutina al resto de las empresas.
-En estos tiempos de crisis, ¿cómo se siente alguien que no tiene que echar cuentas para llegar a fin de mes?
-Siempre hay que echar cuentas, cuidado. Lo que sí puedo decir es que no tengo que preocuparme por no tener con qué pagar deudas.
Eso me hace sentir una gran seguridad, por supuesto.
-¿Se considera una persona solidaria?
-Por supuesto; una de mis mayores preocupaciones, porque cuando era pequeño sufrí las consecuencias, es tener que despedir a una persona, porque en realidad estás despidiendo a una familia y eso para mí es un gran dolor. Me duele tener que decirle a un trabajador que está despedido. Como he vivido dificultades económicas en el pasado, lo siento más.
-¿Ha tenido que despedir a mucha gente?
-Pues sí. Nuestro grupo de empresas llegó a tener a casi mil personas empleadas y en este momento tenemos sólo quinientas y pico. Estamos haciendo una serie de trabajos y obras en este momento para mantener a toda costa al personal que tenemos y, si es posible, aumentarlo en poco tiempo.
-¿Ha destinado parte de su riqueza a algún proyecto solidario?
-Nosotros ayudamos en la parte económica a los más necesitados de la zona de Candelaria, de Santa Cruz, a construir una residencia al padre Mendoza (prior de la Basílica de Candelaria)... Pero más que nada, nosotros apostamos por que cuando hay una necesidad, damos el producto necesitado, no el dinero, porque el dinero no sabemos a dónde va.
-Justamente, se ha publicado estos días que el Índice de Perspectivas Profesionales revela que un tercio de las empresas españolas prevé elevar su plantilla en 2010. ¿Tiene usted en mente esto?
-Por supuesto, siempre que la economía resurja, porque una de las preocupaciones mías es saber hacia dónde va la economía de las Islas. Yo no veo en estos momentos que ninguna parte de la economía genere riqueza, y si no lo hace, tampoco genera consumo, y sin el consumo, no hay producción...
-Es usted pesimista con respecto a la recuperación económica de Canarias...
-En estos momentos, soy pesimista, pero tenemos que ser optimistas y buscar una solución para que en Canarias se cree riqueza.
-¿Y sabe por dónde pueden ir los tiros?
-Pues he venido luchando hace muchos años por ello. En primer lugar, contra la burocracia. Es casi imposible ya en Canarias crear una empresa. En segundo lugar, por recuperar las medianías de nuestras Islas. Es triste que estemos trayendo de fuera una gran cantidad de productos de medianías, cuando los podemos producir en el Archipiélago. Y en tercer lugar, es una realidad que de 20 años para acá hemos perdido muchas de las industrias que teníamos, por ejemplo, la fábrica de cristal en La Laguna, Novamor (producción de pescado), la fábrica de plásticos en el Polígono, la fábrica de aglomerados en Los Baldíos, y así podría decirle una cantidad de empresas perdidas.
-¿Ha tenido que cerrar alguna empresa suya?
-Bueno, hemos liquidado tres, pero no por motivos económicos, sino porque ya se había terminado el fin para el que se crearon.
-Se ha quejado siempre de la lentitud burocrática de Canarias para emprender un proyecto urbanístico. ¿Cómo solucionaría esta ralentización? ¿Eliminando instituciones?
-Yo he dicho en ocasiones y es triste admitir que los guanches fueron más listos que nosotros, cuando tenían nueve menceyatos en Tenerife, y mire ahora la treintena de municipios que tenemos.
-O sea, que está usted en la línea de lo que ha planteado recientemente Miguel Zerolo... ¿es eso factible?
-No estoy en la línea de Miguel Zerolo, sino en la línea del sentido común. Es inconcebible que tengamos la cantidad de municipios que tenemos, concejales, secretarios, interventores, etcétera, etcétera... Pero lo más triste es que ahora mismo, en veinte años de derecho urbanístico canario –dice mientras coge de su librería un tomo con este mismo título–, tengamos leyes reunidas en 896 páginas que se contradicen unas a otras. Es triste que en cualquier municipio no se tenga la seguridad de qué es lo que se puede hacer de acuerdo con la ley, porque al no estar aprobados los planes generales dependemos de la autoridad de turno. Con los planes aprobados no es necesario ir a nadie, porque se sabe qué es lo que puede construirse en cada terreno. El Gobierno de Canarias lleva cinco años sin obligar a los ayuntamientos a aprobar sus planes generales, cuando es función suya asumir sus competencias.
-¿Qué opina de los ecologistas?
-Pienso que el ecologismo es imprescindible y necesario, pero un ecologismo bien entendido.
-¿Cree que los movimientos ecologistas en Canarias no están bien entendidos?
-Yo no diría en Canarias, sino en Tenerife, porque en la única isla que funciona el ´no a todo´ es en Tenerife. En estos momentos la tenemos bloqueada con una serie de proyectos muy importantes e imprescindibles para el desarrollo de nuestro territorio.
-¿Es justo que a una serie de movimientos ecologistas de Tenerife se les haya tildado de terroristas sociales o antisistemas cuando sus manifestaciones han sido completamente pacíficas?
-Repito lo de antes: el ecologista bien entendido es beneficioso para nuestras Islas. Ahora bien, el ´no a todo´ sin tener un diálogo con la administración y los empresarios no me parece. Hay sectores que nosotros no consideramos ecologistas que, no se sabe por qué, dicen ´no a todo´.
-Ellos hablan de sostenibilidad. ¿A usted esta palabra qué le dice?
-Como humanos que somos, tenemos que vivir y moderar nuestro sistema de vida y hay una serie de cosas que hay que hacer, pero lo mejor posible. Yo soy posiblemente tan ecologista como cualquiera de los verdaderos ecologistas, pero en Tenerife no se analiza en estos momentos por qué, cómo o cuándo se oponen a un proyecto. En las distintas manifestaciones no se rechaza un proyecto solo, sino que se oponen a todo. Esa es una política muy mala para Tenerife.
-¿Piensa entonces que los ecologistas están mal asesorados?
-No, yo considero que hay una serie de ecologistas que están bien asesorados, gente con capacidad, pero otros que al socaire del ecologismo aprovechan para crear la confusión que hay ahora.
-¿A qué ecologistas defendería?
-Al verdadero ecologista que, con sentido común...
-Pero dígame el nombre de alguna organización...
-Pues aunque crean que me contradigo, a Greenpeace, Ben Magec... pero las que se crean una en cada esquina, no las considero.
-Su empresa, Promotora Punta Larga, es una de las adjudicatarias de las obras del polémico puerto de Granadilla. ¿Qué se pierde si no se hiciera?
-Yo, nada, pero Tenerife pierde mucho. El 50% de la mercancía que entra por el puerto de Santa Cruz de Tenerife va a parar al sur de la Isla.
Eso trae consigo un transporte de 70 kilómetros diarios, con unos atascos enormes en nuestra autopista, con una gran polución y un gran gasto de combustible. Cuando ese mismo barco que descarga esos container en el puerto de Santa Cruz lo haga en Granadilla, nos evitaremos esos traslados. Otro asunto es el gas. ¿Cuánto nos ahorraríamos nosotros si tuviéramos el gas en Granadilla? Pues bastante, especialmente las grandes empresas. Pues eso mismo es lo que perdería Tenerife.
-Un informe del Colegio de Oficiales de la Marina Mercante, solicitado por el Tribunal Superior de Justicia de Canarias, advierte de que este puerto sería inoperativo más de la mitad del año a causa del viento...
-Perdone que le diga, y yo no entiendo nada de mar, ese informe me parece un poco dudoso, porque yo me imagino que los que han hecho el proyecto del puerto de Granadilla son ingenieros profesionales y para hacer un puerto hay es estudiar los movimientos de las mareas, los del viento, las corrientes marinas... No puedo decir quién tiene razón, pero yo me inclino por la parte profesional que ha elaborado el proyecto.
-¿Cuál sería su fórmula para combinar desarrollo urbanístico y sostenibilidad medioambiental?
-Pues crear una comisión entre el Gobierno, los ecologistas y los empresarios para, entre todos, estudiar estos proyectos importantes para la Isla. De esta forma no se gasta tanto tiempo y dinero en hacer un proyecto y luego otro, otro y otro. Vamos, que se trata de pactar los proyectos desde el principio.
-Ha criticado usted que en Canarias se premia a las empresas que vienen de fuera y a las de casa, no, como en el proyecto de Las Teresitas. ¿Cree que el frente de la playa de Santa Cruz se habría construido si las adjudicatarias hubieran sido empresas foráneas?
-Si hubieran sido de fuera, tenga la completa seguridad de que aquello estaría lleno de cemento, porque nadie habría levantado eso (en relación con la investigación judicial que mantiene paralizado el proyecto del frente de playa). En Canarias tenemos una desventaja, desgraciadamente, y es que al que sobresale, hay que cortarle la cabeza. En vez de premiar a la persona que genera riqueza y trabajo, que es lo que nos interesa a todos...
-Entonces a usted se la han cortado, ¿no?
-Bueno, mire, yo sobresalgo y de vez en cuando agacho la cabeza cuando pasa el machete.
-Dicen que las grandes riquezas se unen entre sí. ¿Quiénes son sus verdaderos amigos? ¿Políticos, empresarios...?
-Yo en política no tengo ningún amigo, porque el político no es amigo de nadie, sino de su puesto. Sí hay una serie de empresarios que son amigos, pero los cuento con los dedos de una mano. Pero no creo que se junte la riqueza, sino que colaboramos por el bien de la situación general. Lo importante es crear riqueza y puestos de trabajo. A ningún empresario le conviene que en este momento haya tanto paro como hay en Canarias, porque eso crea un ambiente y una situación bastante mala.
-¿Qué opina de la clase política canaria?
-Pues que es muy pobre, aunque hay una serie de políticos muy importantes que hacen una buena labor en nuestras Islas, pero esos son los menos. En Canarias adolecemos de unos políticos de talla, como tuvimos hace veinte años.
-Por ejemplo...
-Pues Rafael Clavijo, Joaquín Amigó, García Sanabria... son personas que yo conocí, a los que le daban las diez y las once de la noche en su despacho trabajando por Canarias.
-Por último, señor Plasencia, ¿va usted al cine?
-Pues le confieso que hace años que no, y aquí en el centro comercial Punta Larga (donde se encuentran sus oficinas) hay tres salas y hace años que no voy.
-¿Es aficionado a la televisión?
-Bueno, a los informativos sí, pero lo que me gusta especialmente es leer.
-¿Y qué suele leer?
-Libros amenos e interesantes. En estos momentos estoy leyendo el del diplomático Inocencio Arias.
-Más bien se decanta usted por temas de actualidad, entonces, ¿no le gusta la literatura fantástica, por ejemplo?
-No, porque la fantasía, a mis 75 años, ya pasó.
-¿Sigue usted llegando a su despacho a las seis de la mañana?
-Bueno, en realidad, a las seis me levanto y a las siete menos diez vengo al despacho.
-¿Qué hace tan temprano?
-Pues esta mesa que ves aquí me la dejan como cuando se juega a la baraja, llena de papeles: firmas, pagos, informes... Como a esa hora no hay nadie, me quedo tranquilo resolviendo papeles.
-¿Y a qué hora se acuesta?
-Sobre las diez de la noche.
-Tiene usted 75 años. Hace diez que debía haberse jubilado. ¿Es de los adictos al trabajo?
-Si hago lo que me gusta, que es trabajar, crear riqueza y empleo y encima gano dinero, ¿por qué no voy a hacer lo que me gusta?
-Pues podría descansar tranquilamente... Su posición económica no le exigiría seguir trabajando, tendría usted una jubilación estupenda...
-Podría haberme jubilado hace bastante tiempo, pero es que, insisto, hago lo que me gusta. Aparte de eso, también descanso. Yo vengo a la oficina por las mañanas y es muy difícil que por las tardes regrese, pues me voy a las obras, a la finca, a una serie de sitios...
-¿Y cuándo dedica tiempo a sus hobbies?
-El hobby mío es la agricultura; me gustan los árboles. Pero también, los fines de semana me gusta recorrer las Islas con mi esposa en el jeep, meternos por pistas y ver qué bonita es Tenerife y otras islas. Nos gusta ir no por las carreteras normales, sino por las pistas, que es donde mejor se ve la Isla.
-Entonces conocerá bien los senderos, las zonas verdes de Canarias. ¿Cuándo fue la última vez que se fue de excursión?
-Bueno, de pateo he ido muchas veces. El año pasado fuimos varios fines de semana al Parador del Teide y por las tardes nos pasamos haciendo excursiones por distintos sitios, por el Paisaje Lunar y otras zonas.
-Seguro que muchas veces le habrán preguntado dónde está la clave del éxito, y no diga que es trabajar mucho, porque hay quienes se matan a trabajar y no son ricos...
-Para mí el éxito está en la experiencia, porque si cuando joven uno ha tenido algunos fracasos, éstos le dan cierta experiencia para, en tiempo de bonanza, tratar de garantizar tus empresas en momentos difíciles.
-Pero hay también gente que se dedica al mundo de los negocios y no le va tan bien. ¿Hay que tener un sexto sentido para adelantarse a lo que pueda venir?
-Por supuesto. Yo no quiero ser más listo que los demás, pero con la crisis anterior aprendí. Ahora, esta alegría enorme de grandes empresas, de grandes miles y miles de millones, sin tener una base firme, es dudosa para mí. Y una de las cosas que nosotros estudiamos en ese momento fue el hacer inversiones firmes, no sólo en el sector de la construcción, sino también en el del estacionamiento, la agricultura... para si se da un problema en uno de los sectores, los otros te mantengan.
-Ha diversificado entonces sus negocios para no apostar todo a la misma carta...
-Totalmente. Ahora bien, ¿qué es lo que ha pasado en Canarias? Pues que una serie de personas, muchas de las cuales no tienen experiencia empresarial, se han creído que esto era jugar sólo con miles de millones mediante los créditos de las entidades bancarias. Hay que crear empresas lo más firmes posible y crear riqueza y puestos de trabajo, que es lo más importante.
-¿Cree que esta crisis la han creado empresarios irresponsables que no han tenido la formación necesaria para plantear negocios estables?
-Bueno, una parte sí, aunque muy poca. La otra parte ha sido que las entidades bancarias han creado un problema al dar grandes facilidades con los préstamos a bajo interés y dar más de lo que podían para hacer más negocio. Eso se nos ha vuelto en contra.
-Tiene usted casi 600 empleados, ¿se sabe el nombre de todos?
-Bueno, de la mayoría sí. Mire, a mí me enseñaron una cosa en la vida, en Venezuela, cuando era pequeño: que no es lo mismo decirle a alguien "haga usted esto" que "¿por qué no hacemos esto?". Hay una diferencia bastante grande. Diría que a la mayoría los conozco; hay personas que, he tenido la gran suerte, llevan con nosotros 40 años. Yo no los considero empleados, sino parte de la empresa, porque gracias a ellos existen las empresas que tenemos hoy.
-¿Y cuántas empresas tiene actualmente?
-Pues creo que son 26, de sectores de la construcción, la agricultura, ganadería, estacionamientos públicos, extracción de áridos, etcétera...
-¿Cuál fue la primera?
-La primera empresa que se fundó fue Antonio Plasencia y, después, Promotora Punta Larga, que es hoy la cabeza de todas las empresas.
-Es entonces su niña mimada...
-Bueno, es la que aglutina al resto de las empresas.
-En estos tiempos de crisis, ¿cómo se siente alguien que no tiene que echar cuentas para llegar a fin de mes?
-Siempre hay que echar cuentas, cuidado. Lo que sí puedo decir es que no tengo que preocuparme por no tener con qué pagar deudas.
Eso me hace sentir una gran seguridad, por supuesto.
-¿Se considera una persona solidaria?
-Por supuesto; una de mis mayores preocupaciones, porque cuando era pequeño sufrí las consecuencias, es tener que despedir a una persona, porque en realidad estás despidiendo a una familia y eso para mí es un gran dolor. Me duele tener que decirle a un trabajador que está despedido. Como he vivido dificultades económicas en el pasado, lo siento más.
-¿Ha tenido que despedir a mucha gente?
-Pues sí. Nuestro grupo de empresas llegó a tener a casi mil personas empleadas y en este momento tenemos sólo quinientas y pico. Estamos haciendo una serie de trabajos y obras en este momento para mantener a toda costa al personal que tenemos y, si es posible, aumentarlo en poco tiempo.
-¿Ha destinado parte de su riqueza a algún proyecto solidario?
-Nosotros ayudamos en la parte económica a los más necesitados de la zona de Candelaria, de Santa Cruz, a construir una residencia al padre Mendoza (prior de la Basílica de Candelaria)... Pero más que nada, nosotros apostamos por que cuando hay una necesidad, damos el producto necesitado, no el dinero, porque el dinero no sabemos a dónde va.
-Justamente, se ha publicado estos días que el Índice de Perspectivas Profesionales revela que un tercio de las empresas españolas prevé elevar su plantilla en 2010. ¿Tiene usted en mente esto?
-Por supuesto, siempre que la economía resurja, porque una de las preocupaciones mías es saber hacia dónde va la economía de las Islas. Yo no veo en estos momentos que ninguna parte de la economía genere riqueza, y si no lo hace, tampoco genera consumo, y sin el consumo, no hay producción...
-Es usted pesimista con respecto a la recuperación económica de Canarias...
-En estos momentos, soy pesimista, pero tenemos que ser optimistas y buscar una solución para que en Canarias se cree riqueza.
-¿Y sabe por dónde pueden ir los tiros?
-Pues he venido luchando hace muchos años por ello. En primer lugar, contra la burocracia. Es casi imposible ya en Canarias crear una empresa. En segundo lugar, por recuperar las medianías de nuestras Islas. Es triste que estemos trayendo de fuera una gran cantidad de productos de medianías, cuando los podemos producir en el Archipiélago. Y en tercer lugar, es una realidad que de 20 años para acá hemos perdido muchas de las industrias que teníamos, por ejemplo, la fábrica de cristal en La Laguna, Novamor (producción de pescado), la fábrica de plásticos en el Polígono, la fábrica de aglomerados en Los Baldíos, y así podría decirle una cantidad de empresas perdidas.
-¿Ha tenido que cerrar alguna empresa suya?
-Bueno, hemos liquidado tres, pero no por motivos económicos, sino porque ya se había terminado el fin para el que se crearon.
-Se ha quejado siempre de la lentitud burocrática de Canarias para emprender un proyecto urbanístico. ¿Cómo solucionaría esta ralentización? ¿Eliminando instituciones?
-Yo he dicho en ocasiones y es triste admitir que los guanches fueron más listos que nosotros, cuando tenían nueve menceyatos en Tenerife, y mire ahora la treintena de municipios que tenemos.
-O sea, que está usted en la línea de lo que ha planteado recientemente Miguel Zerolo... ¿es eso factible?
-No estoy en la línea de Miguel Zerolo, sino en la línea del sentido común. Es inconcebible que tengamos la cantidad de municipios que tenemos, concejales, secretarios, interventores, etcétera, etcétera... Pero lo más triste es que ahora mismo, en veinte años de derecho urbanístico canario –dice mientras coge de su librería un tomo con este mismo título–, tengamos leyes reunidas en 896 páginas que se contradicen unas a otras. Es triste que en cualquier municipio no se tenga la seguridad de qué es lo que se puede hacer de acuerdo con la ley, porque al no estar aprobados los planes generales dependemos de la autoridad de turno. Con los planes aprobados no es necesario ir a nadie, porque se sabe qué es lo que puede construirse en cada terreno. El Gobierno de Canarias lleva cinco años sin obligar a los ayuntamientos a aprobar sus planes generales, cuando es función suya asumir sus competencias.
-¿Qué opina de los ecologistas?
-Pienso que el ecologismo es imprescindible y necesario, pero un ecologismo bien entendido.
-¿Cree que los movimientos ecologistas en Canarias no están bien entendidos?
-Yo no diría en Canarias, sino en Tenerife, porque en la única isla que funciona el ´no a todo´ es en Tenerife. En estos momentos la tenemos bloqueada con una serie de proyectos muy importantes e imprescindibles para el desarrollo de nuestro territorio.
-¿Es justo que a una serie de movimientos ecologistas de Tenerife se les haya tildado de terroristas sociales o antisistemas cuando sus manifestaciones han sido completamente pacíficas?
-Repito lo de antes: el ecologista bien entendido es beneficioso para nuestras Islas. Ahora bien, el ´no a todo´ sin tener un diálogo con la administración y los empresarios no me parece. Hay sectores que nosotros no consideramos ecologistas que, no se sabe por qué, dicen ´no a todo´.
-Ellos hablan de sostenibilidad. ¿A usted esta palabra qué le dice?
-Como humanos que somos, tenemos que vivir y moderar nuestro sistema de vida y hay una serie de cosas que hay que hacer, pero lo mejor posible. Yo soy posiblemente tan ecologista como cualquiera de los verdaderos ecologistas, pero en Tenerife no se analiza en estos momentos por qué, cómo o cuándo se oponen a un proyecto. En las distintas manifestaciones no se rechaza un proyecto solo, sino que se oponen a todo. Esa es una política muy mala para Tenerife.
-¿Piensa entonces que los ecologistas están mal asesorados?
-No, yo considero que hay una serie de ecologistas que están bien asesorados, gente con capacidad, pero otros que al socaire del ecologismo aprovechan para crear la confusión que hay ahora.
-¿A qué ecologistas defendería?
-Al verdadero ecologista que, con sentido común...
-Pero dígame el nombre de alguna organización...
-Pues aunque crean que me contradigo, a Greenpeace, Ben Magec... pero las que se crean una en cada esquina, no las considero.
-Su empresa, Promotora Punta Larga, es una de las adjudicatarias de las obras del polémico puerto de Granadilla. ¿Qué se pierde si no se hiciera?
-Yo, nada, pero Tenerife pierde mucho. El 50% de la mercancía que entra por el puerto de Santa Cruz de Tenerife va a parar al sur de la Isla.
Eso trae consigo un transporte de 70 kilómetros diarios, con unos atascos enormes en nuestra autopista, con una gran polución y un gran gasto de combustible. Cuando ese mismo barco que descarga esos container en el puerto de Santa Cruz lo haga en Granadilla, nos evitaremos esos traslados. Otro asunto es el gas. ¿Cuánto nos ahorraríamos nosotros si tuviéramos el gas en Granadilla? Pues bastante, especialmente las grandes empresas. Pues eso mismo es lo que perdería Tenerife.
-Un informe del Colegio de Oficiales de la Marina Mercante, solicitado por el Tribunal Superior de Justicia de Canarias, advierte de que este puerto sería inoperativo más de la mitad del año a causa del viento...
-Perdone que le diga, y yo no entiendo nada de mar, ese informe me parece un poco dudoso, porque yo me imagino que los que han hecho el proyecto del puerto de Granadilla son ingenieros profesionales y para hacer un puerto hay es estudiar los movimientos de las mareas, los del viento, las corrientes marinas... No puedo decir quién tiene razón, pero yo me inclino por la parte profesional que ha elaborado el proyecto.
-¿Cuál sería su fórmula para combinar desarrollo urbanístico y sostenibilidad medioambiental?
-Pues crear una comisión entre el Gobierno, los ecologistas y los empresarios para, entre todos, estudiar estos proyectos importantes para la Isla. De esta forma no se gasta tanto tiempo y dinero en hacer un proyecto y luego otro, otro y otro. Vamos, que se trata de pactar los proyectos desde el principio.
-Ha criticado usted que en Canarias se premia a las empresas que vienen de fuera y a las de casa, no, como en el proyecto de Las Teresitas. ¿Cree que el frente de la playa de Santa Cruz se habría construido si las adjudicatarias hubieran sido empresas foráneas?
-Si hubieran sido de fuera, tenga la completa seguridad de que aquello estaría lleno de cemento, porque nadie habría levantado eso (en relación con la investigación judicial que mantiene paralizado el proyecto del frente de playa). En Canarias tenemos una desventaja, desgraciadamente, y es que al que sobresale, hay que cortarle la cabeza. En vez de premiar a la persona que genera riqueza y trabajo, que es lo que nos interesa a todos...
-Entonces a usted se la han cortado, ¿no?
-Bueno, mire, yo sobresalgo y de vez en cuando agacho la cabeza cuando pasa el machete.
-Dicen que las grandes riquezas se unen entre sí. ¿Quiénes son sus verdaderos amigos? ¿Políticos, empresarios...?
-Yo en política no tengo ningún amigo, porque el político no es amigo de nadie, sino de su puesto. Sí hay una serie de empresarios que son amigos, pero los cuento con los dedos de una mano. Pero no creo que se junte la riqueza, sino que colaboramos por el bien de la situación general. Lo importante es crear riqueza y puestos de trabajo. A ningún empresario le conviene que en este momento haya tanto paro como hay en Canarias, porque eso crea un ambiente y una situación bastante mala.
-¿Qué opina de la clase política canaria?
-Pues que es muy pobre, aunque hay una serie de políticos muy importantes que hacen una buena labor en nuestras Islas, pero esos son los menos. En Canarias adolecemos de unos políticos de talla, como tuvimos hace veinte años.
-Por ejemplo...
-Pues Rafael Clavijo, Joaquín Amigó, García Sanabria... son personas que yo conocí, a los que le daban las diez y las once de la noche en su despacho trabajando por Canarias.
-Por último, señor Plasencia, ¿va usted al cine?
-Pues le confieso que hace años que no, y aquí en el centro comercial Punta Larga (donde se encuentran sus oficinas) hay tres salas y hace años que no voy.
-¿Es aficionado a la televisión?
-Bueno, a los informativos sí, pero lo que me gusta especialmente es leer.
-¿Y qué suele leer?
-Libros amenos e interesantes. En estos momentos estoy leyendo el del diplomático Inocencio Arias.
-Más bien se decanta usted por temas de actualidad, entonces, ¿no le gusta la literatura fantástica, por ejemplo?
-No, porque la fantasía, a mis 75 años, ya pasó.