Vía: Ben Magec
MANIFIESTO FIRMADO POR DESTACADOS MIEMBROS DE LA COMUNIDAD CIENTÍFICA CANARIA
El pasado martes 22 de marzo se publicó en el Boletín Oficial de Canarias el decreto por el que se crea la Red Canaria de Parques Nacionales (RCPN), cuya gestión es cedida a los respectivos Cabildos Insulares. Como es conocido, los Cabildos constituyen en la actualidad las entidades responsables de la gestión de la Red Canaria de Espacios Naturales “Protegidos” y, aunque es cierto que algunas de esas áreas han sido activa y adecuadamente gestionadas (por ejemplo, los parques rurales de Anaga y Teno o el parque natural de la Corona Forestal en Tenerife) en donde el pundonor y saber hacer de los técnicos ha contrarrestado la caída libre de los presupuestos anuales (este año el P.R. de Anaga sólo cuenta con el 10% del presupuesto del año pasado), la mayor parte de las áreas “protegidas” adolece de gestión y de control alguno, habiendo mostrado los Cabildos una trayectoria de ineficacia y poco compromiso con la conservación de estos espacios que llega a ser, cuando menos, alarmante.
Con la aproximación de los centros de decisión a los parques, mucho nos tememos que en Canarias se pueda cuestionar, en un futuro, la gestión de los Parques Nacionales. Por ejemplo, hace algunos años se construyó ilegalmente un hotel rural privado en el Parque Natural de Majona (en La Gomera), caso sobre el que, tras la correspondiente denuncia por parte de las organizaciones para la defensa de la naturaleza, se produjo una sentencia judicial de demolición, a pesar de los intentos infructuosos del Cabildo de La Gomera para su legalización. Así, este Cabildo, no sólo no actuó en defensa de la normativa del espacio protegido, que es exactamente su cometido, sino que actuó en defensa de los promotores del hotel rural ilegal.
Otro ejemplo: pese a que existe unanimidad científica en la necesidad de erradicar los grandes herbívoros introducidos (muflón y arruí), hasta la fecha sólo los gestores de los Parques Nacionales lo han intentado, pero sin éxito debido a que la erradicación debe ser a escala insular y para esto nunca han encontrado respaldo en los Cabildos, que han cedido sistemáticamente a la presión del lobby de los cazadores, permitiendo que estos herbívoros se alimenten a sus anchas con especies protegidas. Por otra parte, no es menos problemático que el ganado campe a sus anchas por muchos espacios protegidos de Canarias, algunos de gran valor y altamente sensibles, como por ejemplo, el macizo de Jandía en Fuerteventura, o el de Enchereda en La Gomera, en zonas “teóricamente” de máxima protección, donde sin embargo, principalmente cabras y ovejas circulan diariamente sin control y se alimentan de las especies amenazadas, mientras los científicos para estudiar esta últimas tenemos que pedir permiso a los respectivos Cabildos y al Gobierno de Canarias.
Por otro lado, la utilización de criterios unificados de gestión y conservación en cada uno de los Parques Nacionales difícilmente podrá ser llevada a cabo, máxime si las cuatro islas que los poseen (Tenerife, Lanzarote, La Gomera y La Palma) están gobernadas por partidos políticos diferentes. Sería lamentable que esta circunstancia fuera utilizada como un motivo para la confrontación política. Tal como aprobó en su momento el Parlamento Canario por unanimidad, debería de existir una Agencia dependiente del Gobierno de Canarias, que gestionara directamente los Parques Nacionales y garantizara la homogeneidad de su gestión.
El que sea la recién creada Comisión de Parques Nacionales de Canarias, quien haya de velar por la unidad en los criterios de gestión de los Parques, no deja de ser un brindis al sol, pues sabemos que está integrada por Consejero y dos Viceconsejeros, presidentes de los Cabildos, alcaldes y tan solo “dos miembros de reconocido prestigio en materia de Medio Ambiente nombrados por el Viceconsejero”. Así pues, la Comisión de Parques Nacionales es fundamentalmente un comité político, que ya está trabajando a espaldas de los Parques, tomando decisiones de gestión de los mismos, en ausencia de sus gestores, ya que sus Directores-Conservadores, es decir, los técnicos que diariamente trabajan en su gestión, no figuran en las mismas ni han sido convocados. De igual forma, parece oportuno destacar que los Cabildos tendrán la potestad de nombrar a los Directores-Conservadores de los Parques Nacionales, sin que el decreto especifique que estas personas tengan que acreditar una formación contrastada en conservación ni gestión. Tampoco garantiza el decreto una composición adecuada de los patronatos, donde algunos sectores importantes como la Comunidad de Regantes en el caso del Garajonay, los propietarios de la Caldera de Taburiente, o los colegios profesionales (como el de biólogos) no estén representados. Además, los presupuestos no son finalistas, con lo que los fondos que se reciban para gestionar los parques podrían acabar siendo utilizados en otros menesteres, más acordes con las “necesidades del momento”.
En definitiva, como investigadores que hemos dedicado años de estudio a los Parques Nacionales, queremos alertar sobre el hecho de que, con el actual Decreto, la gestión de estos Parques se acerca a los grupos de presión locales y no se ofrecen garantías reales de gestión adecuada, coordinación y conservación.
Firmas:
José María Fernández-Palacios, Catedrático de Ecología de la ULL
Marcelino del Arco Aguilar, Catedrático de Botánica de la ULL
Esperanza Beltrán Tejera, Catedrática de Botánica de la ULL
Juli Caujapé Castells, Responsable Científico de Biodiversidad
Molecular y Banco de ADN. Jardín Botánico Canario “Viera y Clavijo” Unidad asociada a CSIC
Constantino Criado Hernández, Profesor Titular de Geografía, ULL
Juana María González Mancebo, Profesora Titular de Botánica de la ULL
Ricardo Haroun Tabraue, Profesor Titular de Botánica de la ULPGC
Mariano Hernández Ferrer, Profesor Titular de Genética de la ULL
Victoria Eugenia Martín-Osorio, Profesora Titular de Botánica de la ULL
Agustín Naranjo Cigala, Profesor de Geografía de la ULPGC
Manuel Nogales Hidalgo, Investigador Científico, IPNA, CSIC
Pedro Oromí Masoliver, Catedrático de Zoología, ULL
Wolfredo Wildpret de la Torre, Catedrático de Botánica de la ULL