El
investigador del CSIC Brent Emerson lidera un estudio internacional
sobre biodiversidad en bosques de Canarias, Azores y La Reunión que,
entre otros datos, ha revelado la composición de la fauna
invertebrada y, para su sorpresa, 169 nuevos registros de especies de
coleópteros y dos de arañas en Anaga.
Ana
Santana, Santa Cruz de Tenerife.
Este
es el enclave tinerfeño donde pervive la mejor representación de
vegetación del terciario, la laurisilva, explica a Efe Brent
Emerson, quien coordina el proyecto denominado “Comprender la
dinámica de la biodiversidad en islas tropicales y subtropicales
para ayudar a la estrategia de conservación”.
El
proyecto está financiado por la Unión Europea con la colaboración
del Gobierno canario y tiene seis socios de los tres países
participantes, España, Francia y Portugal.
Brent
Emerson, que es investigador del Grupo de Ecología y Evolución en
Islas del Consejo
Superior de Investigaciones Científicas en
La Laguna, señala que el proyecto se desarrolla en Tenerife, La
Reunión y la isla de Terceira en Azores y en cada una de ellas se
hace un muestreo “sistemático y replicado” en el que se combinan
métodos tradicionales de muestro con estudios genéticos.
La
idea es estudiar la diversidad de plantas e invertebrados que habitan
en estos bosques para responder a preguntas como cuántas especies
viven en ellos y cómo se estructuran especialmente, pues el objetivo
es tener datos útiles para el mantenimiento y la gestión de estos
espacios.
La cantidad de invertebrados es abrumadora
En
el caso de Anaga, explica Brent Emerson, la cantidad de invertebrados
endémicos que se encuentra “es abrumadora” en comparación con
bosques continentales, que son mucho más extensos geográficamente.
La
mayoría de especies de invertebrados que habitan en Anaga son
endémicas, lo que quizás se deba a la “antigüedad” de este
bosque y al aislamiento de su fauna, que ha sobrevivido a los
sucesivos cambios climáticos de origen natural.
Si
estas especies están muy “localizadas” en un área del bosque
serán más frágiles y vulnerables, y un objetivo del proyecto es
obtener datos sobre la vulnerabilidad de estas especies.
En
el muestreo realizado en Anaga se han inventariado 169 especies de
coleópteros, y casi todos son nativos del lugar, lo que supone “una
buena señal” de que no hay tantas especies introducidas.
Ahora
los investigadores están analizando las arañas del muestreo y ya
han encontrado dos especies nuevas del genero Dysdera, que “da idea
de cuántas especies de arañas quedan todavía por descubrir” en
este bosque.
Laboratorios naturales
El
bosque de Anaga resulta “un laboratorio natural” para estudiar
cómo se realiza el “ensamblaje” de especies,
y en el futuro lo ideal sería hacer una investigación parecida en
otros laboratorios naturales, como la laurisilva de Teno, también en
Tenerife, y en los bosques de laurisilva de La Palma, La Gomera y El
Hierro, para investigar si el ensamblaje de invertebrados en cada
isla ha resultado o no según patrones iguales.
Como
ejemplo Emerson indica que en Anaga el escarabajo más abundante es
del género Heterotemna que no existe en La Gomera, y entonces cabe
preguntarse “si no hay otra especie que desempeña en esta isla su
función, ¿que consecuencias tendrá?”
Trampas de caída
Los
investigadores han establecido diez parcelas de estudio de 50 por 50
metros y se han realizado varios tipos de muestreo en cada una, como
la colocación de trampas de caída, y la extracción de
invertebrados de la hojarasca.
Para
cada especie en cada parcela se escogen cuatro ejemplares para
secuenciar un gen mitocondrial, y con el marcador genético y el
muestreo geográfico se están relacionando las diferencias genéticas
entre individuos de cada especie con su probabilidad de dispersión.
Así
se puede estimar si la distribución de cada especie dentro de los
bosques es una consecuencia de su capacidad de dispersión.
Comparado
con Anaga, el bosque de Terceira, en Azores, tiene menos riqueza de
especies, especialmente de invertebrados, mientras que el bosque
tropical de La Reunión tiene más diversidad de árboles que la
laurisilva de Anaga.
Pero
a pesar de que el bosque de La Reunión tiene más especies de
plantas, la cantidad de especies de invertebrados que habitan en el
bosque no supera a Anaga, y por ahora parece que la biomasa de
invertebrados en la Reunión es menor que en la laurisilva de Anaga.
La edad del bosque, clave
Un
detalle que podría ser clave para explicar la alta biodiversidad de
Anaga es la edad de su bosque y, según Brent Emerson, “algunos
datos genéticos preliminares indican que ha habido bosque de
laurisilva en Anaga desde hace al menos varios millones de años.
Desde mi punto de vista, es un área de importancia nacional e
internacional debido a su legado evolutivo y ecológico”.
Por
ello resultan “muy interesantes” los datos referentes al bosque
en Anaga, que tiene en proporción más especies de coleópteros y de
arañas que Reunión, y ahora los científicos quieren profundizar
los trabajos en cada región e incluso compararlos con Hawai, donde
otro grupo de investigación está aplicando la misma metodología.