Vía: www.laopinion.es
Necesitamos modificar la nueva propuesta de Catálogo Canario de Especies Protegidas, porque excluye exactamente a la mitad de las especies de mamíferos marinos contempladas hasta ahora.
NATACHA AGUILAR DE SOTO *
De pronto, en Canarias ya no se protegería a la ballena vasca, a la foca monje o a tres especies de rorcuales que en 2002 se catalogaron como en peligro de extinción. Esto es porque ya no se consideran "especies de Canarias".
Sin embargo, la ballena vasca sigue siendo la más amenazada del planeta y su población reproductora se ha dado por extinta en nuestro lado del Atlántico, a pesar de que era tan común antes en aguas españolas que había torres de avistamiento en la costa para localizarla, y esta ballena se cazaba desde pequeños barcos con arpones manuales. Canarias tiene el honor de contar con uno de los pocos avistamientos de la ballena vasca en Europa en los últimos 40 años; además, en el Algarve (Portugal) se observó una hembra, con una cría pequeña, en migración hacia el Norte, lo que abría las esperanzas de que la antigua zona de reproducción de esta especie en la bahía de Cintra, en Mauritania, aún albergara un hálito de supervivencia. Las grandes ballenas son migratorias, crían en los trópicos y van a alimentarse a latitudes altas, atravesando miles de kilómetros. Si solo se incluyen en los catálogos de protección de los países donde se reproducen, ¡estaríamos dejándolas desprotegidas durante tres cuartas partes del año!
Son las ballenas especies que cruzan el océano de Norte a Sur, longevas, que dan a luz a menos de 20 crías en toda una vida, que movilizan ingentes biomasas marinas y alimentan a seres de las profundidades durante más de un año, cuando mueren y su cuerpo descansa en el fondo marino. Son necesarios los esfuerzos coordinados de todas las zonas que atraviesan estas grandes ballenas para asegurar su conservación. Que Canarias las desproteja no es solidario dentro de la legislación internacional, y contrasta con los esfuerzos de la Comunidad Europea y de la Convención de Especies Migratorias de la ONU.
Es cierto que, según la legislación actual, catalogar a una especie como "en peligro de extinción" o "vulnerable" obliga a desarrollar planes de recuperación o conservación, tarea difícil para estas especies, que pasan por Canarias y que hemos esquilmado tanto que se han convertido en "esporádicas" (como la ballena vasca o la foca monje). La ley puede modificarse y adaptarse a estas dificultades sin ser obligada a mentir, y recordando que es imprescindible controlar los factores que impactan a estas especies a su paso por Canarias, para que haya una oportunidad de que puedan volver a verse en nuestras aguas. Foca monje, que por ti se dio nombre a la isla de Lobos: ¿ahora dicen que no eres canaria? que te cazamos hasta hacerte casi desaparecer de las Islas…la realidad es que te llevamos a la extinción en nuestro archipiélago, y es nuestra obligación reconocerlo y proteger a tus ejemplares, ocasionales en Canarias, que provienen de las poblaciones que aún sobreviven en Mauritania y Madeira.
En la propuesta de nuevo catálogo solo se protege realmente a dos especies de mamíferos marinos: el cachalote y el delfín mular, que se clasifican como "vulnerables". Dado que hasta ahora se protegen 16 especies, esta propuesta implica una reducción del 88%. ¿Realmente hemos mejorado tanto en la conservación de estos grandes pobladores del mar? Ojalá, pero no. La propuesta de nuevo catálogo incluye a seis especies más como "de interés para los ecosistemas canarios", pero esta categoría solo considera protegidos a los animales cuando se encuentren dentro de un espacio también protegido.
Dado que estos espacios son principalmente costeros en Canarias, y que los cetáceos tienen una gran capacidad de movimiento, de muchos kilómetros en un solo día, las seis especies "de interés para los ecosistemas canarios" están, a nivel real, desamparadas. Este hecho es aún más sorprendente cuando dentro de estas especies se encuentran el calderón o "roas negro" (también llamado ballena piloto) y los zifios o "roases amarillos". Canarias alberga poblaciones residentes de importancia mundial de calderones y zifios, cetáceos que baten récords en el reino animal: los calderones son los "guepardos de aguas profundas", alcanzando 40 km/hora a 800 m de profundidad, mientras que los zifios pueden sumergirse hasta 2 km durante una hora y media.
Canarias es emblemática para zifios y calderones, como lo es el Serengueti para los leones, un lugar de referencia internacional que debe ser capaz de proteger su biodiversidad marina. Las poblaciones de estos cetáceos son vulnerables en nuestras aguas, y como tales deben catalogarse.
Los zifios son conocidos por los varamientos masivos relacionados con maniobras navales en Fuerteventura y Lanzarote. Para prevenir nuevos impactos, el Ministerio de Defensa ha declarado una moratoria al uso de sonares militares a menos de 50 millas náuticas del Archipiélago, a solicitud del Gobierno de Canarias, porque se consideró que las poblaciones de zifios podrían ser vulnerables a mortandades repetidas. Las leyes de conservación de la naturaleza, como el Catálogo Canario de Especies Protegidas, deben liderar los procesos legales de protección, no ir por detrás. Confiamos en que 2010 traerá un Catálogo más maduro, que valore la biodiversidad de las islas Canarias, "las Galápagos del Atlántico", y haga justicia a la protección que las especies merecen. Te pedimos, 2010, que así lo hagas, para que nuestros mares sigan llenos de vida y de cantos de ballenas y delfines. Gracias, confiamos en ti.
*Doctora en Biología e investigadora de cetáceos de la ULL