Vía: Ben Magec.
Ben Magec–Ecologistas en Acción presenta a la Comisión Europea de Medio Ambiente y al Parlamento Europeo un informe que recoge un análisis sobre los incumplimientos del Observatorio Ambiental de Granadilla. Estos incumplimientos reflejan no sólo su escasa aplicabilidad para los fines de vigilancia ambiental del puerto, sino también la imposibilidad de compatibilizar esta infraestructura con cualquier medida de conservación ambiental.
Ben Magec–Ecologistas en Acción presenta a la Comisión Europea de Medio Ambiente y al Parlamento Europeo un informe que recoge un análisis sobre los incumplimientos del Observatorio Ambiental de Granadilla. Estos incumplimientos reflejan no sólo su escasa aplicabilidad para los fines de vigilancia ambiental del puerto, sino también la imposibilidad de compatibilizar esta infraestructura con cualquier medida de conservación ambiental.
Conclusiones del informe:
El Observatorio Ambiental de Granadilla no es una fundación independiente y no cuenta con la participación de los colectivos defensores del medio ambiente, lo que vulnera los objetivos fundamentales para los que fue concebida al no garantizar ni la objetividad ni la participación de los agentes interesados.
El OAG ha hecho reiterada dejación de sus funciones como instrumento de vigilancia del cumplimiento de las medidas correctoras y compensatorias del puerto de Granadilla impuestas por Bruselas en su Dictamen de 2006. Ninguna de estas medidas se ha cumplido satisfactoriamente.
Sin embargo, las conclusiones obtenidas por el OAG para todas estas medidas correctoras y compensatorias han sido invariablemente las de justificar su inconveniencia e invitar a desecharlas.
Al mismo tiempo, el OAG ha servido como inspirador de las distintas fórmulas para eliminar los obstáculos ambientales que se presentan al desarrollo del puerto.
Ben
Magec-Ecologistas en Acción presentará un informea modo de denuncia que recoge todos los incumplimientos delObservatorio Ambiental de Granadilla y
que irá dirigido tanto a la Comisión Europea como al Parlamento
Europeo. En conjunto, el documento informa sobre el incumplimiento de
la vigilancia efectiva de los condicionantes ambientales al puerto de
Granadilla, que fueron impuestos por Bruselas en su Dictamen del año
2006.
Una
de estas medidas fue la creación de una fundación independiente que
se encargara de la vigilancia ambiental durante y después de la
construcción del puerto. Según Francisco Castro, portavoz de Ben
Magec-Ecologistas en Acción, “ya desde la creación de esta
fundación se manifestaron contundentes irregularidades. Desde el
diseño de un patronato compuesto básicamente por miembros del
Gobierno de Canarias, Autoridad Portuaria y personas externas
elegidas “a dedo”, hasta la incorporación de una organización
social totalmente ficticia para cubrir expediente, dado que ningún
grupo ecologista ni conservacionista quiso formar parte de esa farsa.
El colmo fue el nombramiento, también a dedo, de su Director,
Antonio Machado, una persona muy cercana al poder, que se ha
manifestado públicamente a favor del puerto y ha denostado a los
técnicos y científicos que han firmado documentos en su contra, y
que ha sido quien ha sugerido la eliminación de todas y cada una de
las barreras normativas ambientales al puerto, comenzando con la
descatalogación de los sebadales y continuando con la justificación
técnica del denostado Catálogo de Especies Protegidas de Canarias
frente a la Unión Europea”.
Este
informe aporta un cuadro-resumen en el que se recogen los mandatos de
la UE y en el que se constatan las deficiencias en la labor de
vigilancia a la que se tenía que dedicar el OAG.
Algunos
de los requerimientos de la UE fueron la recuperación de la piña de
mar y la vigilancia de la tortuga boba, dos especies que la propia
Comisión de Medio Ambiente reconoce que se verán afectadas por el
puerto de Granadilla.
Según
Juan Manuel Martínez Carmona, biólogo y también miembro de Ben
Magec, “la Comisión Europea instó a la protección de una de
las especies que se verán afectadas por el puerto, la piña de mar.
Para ello propuso la creación de una nueva Zona de Especial
Conservación y la reintroducción de esta especie en el Espacio
Natural Protegido de Montaña Roja. Hemos verificado que ninguna de
estas medidas ha contribuido a la conservación de esta especie, y
esto ha sido así por el estado de abandono en el que se encuentran
ambos emplazamientos, en los que el porcentaje de ejemplares vivos es
muy bajo, y la mayoría de las mallas de protección están oxidadas,
han desaparecido o están rotas”. El biólogo añade que “en
ambos casos, el OAG ha emitido sólo un par de informes con años de
diferencia, el último de los cuales data de octubre de 2012. En
ambos, en lugar de denunciar esta situación el OAG solicita la
eliminación de estas medidas de conservación por considerar que la
especie “posiblemente no está amenazada”.
En
cuanto a la tortuga boba, es sabida la posición del OAG, que afirma
que no mantiene un interés significativo hacia el sebadal, y que por
ese motivo, supuestamente no se verá afectada por el puerto, a la
vez que invita a no contemplar la protección de esta especie como
medida de conservación de esta tortuga. Según el biólogo Carmona,
“esta conclusión va en sintonía con su línea discursiva en la
que quita importancia a cualquier afección del puerto. Sin embargo,
nuestros estudios concluyen algo bien diferente y constatan la falta
de rigor técnico del estudio realizado por el Observatorio, y lo
errado y peligroso de sus conclusiones.”
En
este sentido, Ben Magec – Ecologistas en Acción aporta un informe
técnico propio en el que demuestra que el sebadal es un hábitat muy
importante tanto para la tortuga boba como para otra especie de
interés prioritario y protegida a nivel europeo como la tortuga
verde.
También
se ha constatado dejación de funciones en cuanto a la vigilancia
ambiental en el control de la procedencia de los áridos, que fue
denunciado por colectivos sociales en lugar de por la OAG. Incluso
fueron dadas por “buenas” canteras que después se reconocieron
como ilegales.
La
finalidad de este informe es la de poner en evidencia que el
Observatorio Ambiental de Granadilla es ahora mismo una “burla y
un derroche de dinero público”, añade Yasmina Encinoso,
también miembro de Ben Magec-Ecologistas en Acción, que concluye
que “en los Presupuestos Generales del Estado de 2013 se
consignó más de un millón de Euros a esta Fundación, a la vez que
se recortó en numerosos temas de interés. No estamos pidiendo que
se abandone la vigilancia ambiental, sino que no se deje de manos de
una institución que más que cumplir este mandato, vigila que el
medio ambiente no siga interfiriendo en la construcción del puerto
de Granadilla”.
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